El Jito es una especie de árbol mexicano nativo de nuestro Estado, su nombre científico es Forchhammeria watsonii, es considerado un árbol sagrado, místico, originario de mitos, leyendas y creencias en el folclore regional del sur de Sonora, además, es un árbol milenario y majestuoso, el cual, llega a medir alrededor de mide 8 metros o más.
Este hermoso árbol es muy característico, ya que durante todo el año tiene su tronco blanco, siempre está frondoso y sus ramas siempre están muy verdes. Se cuenta que a su sombra se recomienda descansar, reflexionar y tomar sabias decisiones, más si te duermes, los espíritus que moran en su copa te roban la razón y nunca despertarás.
El jito también es conocido como Palo de San Juan, se ha podido deducir que la edad de un árbol de Jito podría ser entre 8,000 y 10,00 años y que ahora está en proceso de su propia extinción, debido al nulo nacimiento de nuevas plantas.
Existe muy poca información sobre el Jito, sin embargo, lo que encontramos es que da unas hermosas flores amarillas entre los meses de marzo y abril, su forma biológica es un árbol pequeño y redondo, su crecimiento es lento y su hábitat es en áreas moderadamente secas a secas, planicies y valles.
Por lo meses de mayo a julio presenta su fructificación, de coloración verde amarillento cuando están inmaduros, cuando éstos maduran se tornan púrpura y posteriormente a naranja rojizo. Es fuente de alimento para especies frugívoras, especialmente aves. Es aprovechado como especie nodriza por gran cantidad de organismos de flora y fauna, debido a que posee un denso follaje que brinda sombra la mayor parte del año.
En el ámbito científico, posee actividad antifúngica (que evita el desarrollo de hongos, los destruye o detiene su crecimiento), contra Aspergillus niger y Aspergillus flavus, así como actividad antibacteriana contra Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes. Es de gran importancia cultural para algunas etnias de la región, ya que es considerado como un árbol sagrado por la etnia Mayo y junto con la etnia Seri utiliza sus frutos como alimento.
Además, es un árbo, bastante resistente en condiciones duras que pueden causar estrés o la muerte en otras plantas, por lo que se dice, que por eso siempre se encuentra solo sin ningún tipo de flora a su alrededor.
Sus semillas se dan en los meses de junio, julio y agosto, por lo que es importante, no dejar que este maravilloso árbol inmune a las sequías se extinga. Si tienes la oportunidad y el lugar para plantar, escoge y busca en los viveros este árbol con una vida milenaria que debemos a atesorar y cuidar.
Lic. Pamela Ibarra Dávila
Presidenta de Cultura Verde Amor por el Planeta A.C