Hace algunas semanas, les compartí en nuestro blog algunas afectaciones que traen las colillas de cigarro y cómo fue que nuestra Asociación Civil empezó a impulsar su recolección en nuestro Estado, sin embargo, ahora quiero darles una buena noticia ya que el pasado mes de diciembre 2021, entregamos al Congreso del Estado de Sonora, una solicitud de modificación a la Ley No.244 de Protección Ciudadana contra los Efectos Nocivos del Tabaco, la cual fue elaborada por su Servidora y la Ecóloga Bárbara Peralta.
La buena noticia es que el pasado martes 26 de abril 2022, fue aprobada dicha iniciativa por las y los Diputados del Congreso del Estado de Sonora, en la cual solicitamos la disposición final de las colillas de cigarro, bajo el método de co-procesamiento, características mínimas de los contenedores y la correcta disposición de las colillas de cigarro que se lleguen a generar en las instituciones, empresas o establecimientos que permitan fumar en el Estado de Sonora.
Este hecho marca un antecedente histórico para nuestro Estado, ya que Sonora será el primero en darle una correcta disposición final a las colillas de cigarro, pero es de suma importancia socializar los beneficios que traerá esta nueva modificación a nuestra salud pública como ambiental.
El primer beneficio que tendríamos en materia ambiental, es que diariamente se salvarían 150,000,000 millones de litros de agua, porque es importante recordar que, en Sonora, se arrojan diariamente alrededor de 3 millones de colillas de cigarro y una sola contamina hasta 50 litros de agua según la información que proporciona Ocean Conservancy.
Adicional a lo anterior, las colillas de cigarro mal apagadas dejarían de afectar, al menos 5% de los incendios forestales y del 3% de la pérdida de superficies en el país, según datos de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR, 2021). Dichas quemas generan emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y también se emiten otros que afectan el ozono estratosférico y estas son causantes de algunos de los problemas ambientales más importantes que enfrentamos en la actualidad: la degradación de la capa de ozono estratosférico, el cambio climático y el deterioro de la calidad del aire en las zonas urbanas y la pérdida de servicios ambientales que nos ofrecen esas áreas verdes o bosques (el aire que respiramos, captación de agua, diversidad biológica, la captación y almacenamiento del carbono para mitigar el cambio climático mundial, la conservación de suelos y aguas, etc.).
Las colillas de cigarro dejarían de afectar nuestros océanos, ya que cada año el consumo mundial de cigarrillos genera 680,000 toneladas de desechos y estas representan entre el 30 – 40% de los objetos recogidos en las actividades de limpieza costera y urbana, liberan materiales tóxicos para los animales acuáticos (Ocean Conservancy).
Esos materiales o sustancias tóxicas se desglosan de la siguiente manera: Una colilla contiene cuatro componentes: filtro, tabaco, cenizas y papel. La toxicidad más alta se encuentra en el filtro. Su composición es de plástico -no biodegradable- hecho de 12,000 fibras de acetato de celulosa y, también contiene grandes cantidades de compuestos tóxicos resultantes de la combustión del tabaco (plomo, cadmio, arsénico, entre otras sustancias tóxicas). El acetato de celulosa el cual es un tipo de polímero plástico no biodegradable puede permanecer mucho tiempo en el medioambiente y las sustancias tóxicas antes mencionadas se filtran en el suelo y el agua; además, en conjunto dañan nuestra fauna y flora, dando como resultado una terrible contaminación ambiental, así como afectaciones severas en la salud pública y ambiental.
Como ven, las colillas de cigarro dejarían de afectar nuestro entorno de manera significativa solo por el hecho de darle una correcta disposición final.
Sabemos que aún falta mucho camino por avanzar, sin embargo, el primer paso ya fue dado y este es la aprobación de dicha iniciativa, ahora debemos esperar que salga publicada en el Boletín Oficial del Estado de Sonora, para continuar con la divulgación de la misma y seguir educando a los fumadores para que sean responsables de cada colilla de cigarro que generan.
Son tiempos de ser empáticos, respetuosos y sobre todo solidarios con nuestras próximas generaciones, debemos dejarle un lugar digno donde vivir a nuestras niñas, niños y jóvenes.
Lic. Pamela Ibarra Dávila
Presidente de Cultura Verde Amor por el Planeta A.C